jueves, 30 de octubre de 2014

Ten fe, ama




"Cuando iba a la escuela era una gran empollona. Siempre quería quedar bien con mis profesores. Lo sabía todo acerca de la puntuación. Mis redacciones estaban hechas de frases tan claras como sosas y aburridas. En ellas no se hubiera podido encontrar un solo pensamiento original o un solo sentimiento auténtico. Estaba ansiosa por presentarles a mis profesores lo que yo pensaba que querían.
En la escuela superior me enamoré de la literatura. Me gustaba con locura. Escribía a máquina infinidad de veces las poesías de Gerard Manley Hopkins, tantas que me las aprendía de memoria. Leía en voz alta a John Milton, Shelley, Keats, y luego caía en éxtasis sobre la pequeña cama del dormitorio. Cuando frecuentaba el collage, al final de los años sesenta, leía casi exclusivamente a autores de sexo masculino, normalmente fallecidos, ingleses o del resto de Europa. Estaban lo más alejados que podamos imaginar de mi vida cotidiana y, aunque los adorara, en ninguno de ellos se veía reflejada mi propia experiencia. Es probable que, inconscientemente, me creyera el supuesto de que escribir era algo por encima de mis posibilidades. Nunca se me ocurrió que podía escribir, aunque uno de mis deseos secretos fuera el de casarme con un poeta.
Tras haber acabado el collage y haber descubierto que nadie me daría empleo por leer novelas y extasiarme con la poesía, monté un pequeño restaurante, en cooperativa, con tres amigos, situado en el semisótano del Newman Center de Ann Arbor, en Michigan, abierto solo al mediodía, donde preparábamos y servíamos comidas naturales. Estábamos en los inicios de los años setenta, y había probado mi primer aguacate solo un año antes de abrir el restaurante. Lo llamamos The Naked Lunch, por el título de la novela de William Borroughs: aquel instante de hielo en el que cada uno ve lo que hay al final de cada tenedor… Por la mañana metía en el horno pequeñas cocas con pasas y pequeñas cocas con arándanos y, si me encontraba inspirada, también hacía unas con mantequilla de cacahuete. Naturalmente, esperaba que gustaran a los clientes, pero sabía que, si estaba lo bastante pendiente de ellas, aquellas cocas casi siempre me salían bien. Habíamos creado un restaurante. Fuera de nosotros mismos ya no había respuestas acertadas que nos proporcionaran una buena nota en la escuela. Estaba aprendiendo a tener confianza en mí misma y en mis capacidades.
Un martes por la mañana tenía que hacer una ratatouille. Cuando hay que prepararla para un restaurante, uno no puede limitarse a cortar en dados una cebolla y una berenjena. Encima de la mesa de trabajo había montañas de cebollas, berenjenas, calabacines, tomates y ajos. Me pasé algunas horas cortando y rebanando. Por la noche, volviendo a casa del trabajo, hice una parada en la librería Centicore, en State Street, y me puse a dar vueltas entre las estanterías. De repente, divisé un delgado volumen de poesías titulado Fruits and Vegetables de Erica Jong. (La Jong todavía no había publicado su novela Fear of Flying, y aún no había alcanzado la fama). Abrí el libro y la primera poesía que cayó bajo mis ojos hablaba de cómo se cocina ¡una berenjena! Me quedé estupefacta. ¿También se podía escribir sobre estas cosas? ¿Sobre naderías semejantes? ¿Sobre cosas que yo también hacía? De improviso, en mi cerebro se estableció un nuevo cortocircuito. Volví a casa decidida a escribir acerca de las cosas que conocía, a confiar en mis pensamientos y sentimientos y a no mirar fuera de mí misma. Ya no estaba en la escuela: podía decir lo que quería. Empecé a escribir sobre mi familia, así nadie podría decir que me equivocaba. A mis parientes los conocía mejor que nadie.

Todo esto sucedía hace quince años. Un amigo me dijo una vez: Ten fe en el amor y él te llevará a cualquier sitio al que quieras ir. Yo añadiría: Ten fe en lo que amas, sigue haciéndolo, y te llevará a cualquier sitio al que quieras ir."




(Natalie Goldberg, El gozo de escribir)

lunes, 20 de octubre de 2014

Tomando la palabra


Hoy y mañana estaré en esto.
Mujeres, voz y narración oral... ¿A que suena bien?
Arrancamos la semana... tomando la palabra...

sábado, 18 de octubre de 2014

Florece noviembre



La veo en sueños, mi niña roja y terrible.
Llora a través del cristal que nos separa.
Llora, está furiosa.
Sus gritos son ganchos que hieren como gatos,
captando mi atención.
Llora a la oscuridad, o a las estrellas
que brillan y giran lejos de nosotras.

Su cabecita parece tallada en madera,
en una madera roja y dura, ojos cerrados y boca abiertísima.
Y de la boca salen gritos cortantes
que arañan mi sueño como flechas,
que arañan mi sueño, penetrando mi costado.
Mi hija no tiene dientes. Su boca es grande.
Emite sonidos tan siniestros que no pueden ser buenos.


*

Y un par de curiosidades:


*

(Sylvia Plath, Tres mujeres)

martes, 14 de octubre de 2014

Al norte en otoño




[Adivina cuánto te quiero]

jueves, 9 de octubre de 2014

Yo escribo, tú escribes... (Nuevo proyecto en La Manada)



Este mes comienzo proyecto nuevo. 
Curso de escritura teatral en el Centro de Investigación Teatral La Manada. 
Como todo lo que tiene que ver con la escritura, vamos a hacerlo bello, empoderante y también divertido.
Se dirige a personas interesadas en la escritura teatral y en la escritura creativa en general, así como a actores y actrices y directores y directoras de escena.
Comenzamos este próximo lunes 13 de octubre con una clase abierta, a la que estáis todos y todas invitadas.
Liémosla un poco parda...
Nos vemos el lunes, a las 17h., en La Manada:
C/Fernando Díaz de Mendoza, 19
(Metro Marqués de Vadillo)

Ah, y aquí os dejo el enlace al programa...

miércoles, 8 de octubre de 2014

Mañana... Bueno, hoy



En Casa de América 
(Madrid
:)

martes, 7 de octubre de 2014

Este otoño... Escribe

Somos una escuela de escritura entre siglos, entre estereotipos, entre roles, entre lo público y lo privado, entre lo íntimo y lo político, entre lo individual y lo grupal.

Porque la imaginación tiene que ver con el cambio y la transformación. Y ahí es donde la escritura tiene un papel fundamental. La escritura y la lectura como herramientas de empoderamiento representan el motor de nuestra escuela. Porque la escritura nos ayuda a conocernos y a imaginarnos.

Creemos en la fuerza capacitadora de la ficción. Necesitamos nuevos símbolos, cuentos, palabras, alegorías, eslogans. 

Queremos ser imperfectas, equivocarnos, aprender de los errores, volver al camino y más sabias o más inocentes, seguir intentándolo. 

Seguir consiguiéndolo.

Este otoño... Escribe con nosotras... En la XIX edición de los talleres de escritura de Helvéticas. Quien lo probó, lo sabe.


ESCRIBO, LUEGO SOY. Ficción autobiográfica. Inicio 6 de octubre.

LA CAJA DE HERRAMIENTAS. Taller de escritura creativa. Inicio 20 de octubre.

AL OTRO LADO DEL ESPEJO. De la autoficción a la ficción. Inicio 20 de octubre.

Y a partir de finales de mes, pistoletazo de salida a los talleres presenciales de Madrid... 
Seguiré informando...

domingo, 5 de octubre de 2014

Aprender



Hoy es el día mundial del docente y de la docente.
Quienes, como yo, conciben que el aprendizaje es quizá una de las pocas aspiraciones vitales que ni en la peores condiciones puede ser cercenada del todo, lo celebrarán.
Como docentes y como aprendices, pues nunca se aprende tanto
como tratando de enseñar, de trasmitir algo.
Dedico esta entrada a los y sobre todo las grandes docentes que me han acompañado hasta ahora, haciéndome ser como soy: Mari Cruz, Paloma, Ángeles, Silvia, Itziar, José, Raymond, Yolanda... Gracias.


(La imagen es de Norman Rockwell, descargada de Revista Babar)

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