jueves, 28 de julio de 2011

S-13



"Pero dentro de mí hay un puto glaciar que
amenaza con derretirse de un momento a otro" *



(* Otso Kautto, Aguante del dolor)

lunes, 25 de julio de 2011

Dogme 95

"Juro someterme a las siguientes reglas redactadas y confirmadas por DOGME 95:

1. Los rodajes tienen que llevarse a cabo en lugares naturales. No se puede decorar ni crear un "set". Si un artículo u objeto es necesario para el desarrollo de la historia, se debe buscar una localización donde estén los objetos necesarios.

2. El sonido no puede ser mezclado separadamente de las imágenes o viceversa (la música no debe ser usada, a menos que esta sea grabada en el mismo lugar donde la escena está siendo rodada).

3. Se rodará cámara en mano. Cualquier movimiento o inmovilidad debido a la mano está permitido. (La película no debe tener lugar donde esté la cámara, el rodaje debe tener lugar donde la película tiene lugar).

4. La película tiene que ser en colores. Luz especial o artificial no está permitida (si la luz no alcanza para rodar una determinada escena, ésta debe ser eliminada o, en rigor, se le puede enchufar un foco simple a la cámara).

5. Se prohíben los efectos ópticos y los filtros.

6. La película no puede tener una acción o desarrollo superficial (no pueden haber armas ni pueden ocurrir crímenes en la historia).

7. Se prohíbe la alineación temporal o espacial. (Esto es para corroborar que la película tiene lugar aquí y ahora).

8. No se aceptan películas de género.

9. El formato de la película debe ser de 35 mm.

10. El director no debe aparecer en los títulos de crédito.

Desde ahora en adelante prometo como director no ejercer ningún tipo de gusto personal. Ya no soy un artista. Desde ahora en adelante prometo no crear una "obra", ya que considero que el instante y el ahora son más importantes que todo el producto. Mi meta absoluta es forzar la verdad de mis personajes. Prometo hacerlo a toda costa dentro de mis posibilidades y a costa de cualquier buen gusto estético.

Es por ello que hago mi VOTO DE CASTIDAD

Copenhague, Lunes 13 de marzo de 1995

En nombre del DOGME 95

Lars von Trier - Thomas Vinterberg"



¿Y esto? Hace unos días vi Celebración por primera vez. Y cuando tenía diecisiete (más o menos) vi El proyecto de la Bruja de Blair (y pasé mucho miedo); entonces no sabía nada del Dogma 95. La verdad es que me ha dado qué pensar. Hace un par de semanas vi también Cuando un hombre vuelve a casa, de Vinterberg; viéndola te das cuenta de que las aspiraciones del Dogma han sido bastante efímeras y de que la cosa quedó finalmente en agua de borrajas. Pero pienso. Voto de castidad. Al margen de lo cómico que resulte, me lleva a las pretensiones naturalistas del teatro de comienzos del siglo XX. Siempre me da la sensación de que el empeño desmedido en la figuración da como resultado un artificio aún mayor. Y está bien, no pasa nada. ¿Qué tiene de malo reconocer que detrás de la cámara, de la escena o de la página escrita hay un ser humano que come, folla, llora y ríe?

domingo, 24 de julio de 2011

Frankie&Johnny

jueves, 21 de julio de 2011

Monográfico Sofia Coppola

La semana pasada. Por fin. Mientras las grullas de papel revolotean y el vino blanco y los libros y otras cosas expanden el tiempo, sin límites adivinables.

Primero, Las vírgenes suicidas: una fiel y digna adaptación del texto de Jeffrey Eugenides, nada fácil y sorprendente y maravilloso en cada línea, en cada palabra, en cada reflexión (¿de quién?).

Segundo, Somewhere, todavía no estrenada en nuestro país (cada vez me gusta más el contrabando), y una pequeña joya, desde mi punto de vista: recomiendo especialmente los primeros once o doce minutos de metraje, casi sin texto, y la increíble habilidad de la directora para contarnos cosas importantes sin montar ruido ni escándalo.

Tercero, María Antonieta: intento fallido (es el problema del contrabando); he de confesar que la historia no me interesaba gran cosa, en realidad, pero es que me atraían los colores y soy así de simple.

Miento, hubo un primero antes del primero: Lick the Star, el primer corto, de 1998. Lástima que esté sin subtítulos y que no haya podido pillarlo todo. Muy prometedor y suculento.

Desearía tener aquí mi ejemplar de Las vírgenes. Pero lo presté y eso significa que por el momento, hasta finales del mes que viene, vive en Barcelona. Me gustaría buscar una de esas citas y copiarla. Qué se le va a hacer. A cambio, inserto el corto, completo y en versión original. Bueno, vale, y una de las guindas de Las vírgenes de Sofia.




sábado, 16 de julio de 2011

Sheet after sheet



"Y eso... ¿para qué sirve?". Pregunta de preguntas que hace ya tiempo desistí de responder. He hecho cosas útiles. Y también he hecho cosas inútiles. Si echo la mirada atrás creo que curiosamente han sido algunas de estas últimas las que mayor felicidad y placer me han proporcionado.

Por eso, después de ver este vídeo, he decidido que quiero una imprenta. Vieja, desclasificada y pasada de moda. Inútil. Por el simple placer: esa debe de ser la respuesta.

martes, 12 de julio de 2011

Deliciosa Annie Hall


(Envidia de personaje)

domingo, 10 de julio de 2011

Hay que ser Michael Corleone


En definitiva, hay que ser Michael Corleone para poder comerse una naranja sin pelarla antes, sorbiendo su jugo y sin que este chorree, mientras se planea el asesinato de todos sus enemigos.

(¿Qué significan las naranjas en El padrino? ¿Qué significa la comida?)

(Termino de ver, por enésima vez, la trilogía. Después de la muerte, una vez más, de Mary Corleone, con la bala que en realidad iba dirigida a su padre, termino llorando, otra vez, por la tragedia de quien se condenó sin posibilidad de redención. Y lo sabía. Toda una loa dramatúrgica. Y un subidón de emociones. Como siempre.)

jueves, 7 de julio de 2011

Prisionera en Nueva York



No he sido capaz. Lo he intentado pero no he podido aguantar el retrato en cómic, en blanco y negro (¿de qué otros colores podría haber sido?), del Holocausto, que Art Spiegelman hace en Maus. No me importa parecer cobarde o incluso frívola. Demasiada dureza, demasiado dolor. Aunque he seguido con interés las partes que transcurrían en el Nueva York de los años 80, ese en el que el padre del autor, antes de ponerse la máscara de ratón, le relata a su hijo los horrores de la Segunda Guerra Mundial: me quedo con el relato dolorosamente autobiográfico en el que Spiegelman cuenta, con una honestidad sobrecogedora, el suicidio de su madre, en 1968. Sólo reproduzco aquí el principio y el final de este mea culpa.

Pensando en la culpa, judía o no, sigo viajando mentalmente por la Nueva York de los últimos sesenta años. El viaje me conduce, por ejemplo, a Woody Allen en todas sus primeras películas. La culpa puede producir risa, además de llanto. Pero sigue siendo culpa. La que se echaba en el diván a desgranar su sufrimiento a través de las personas de otros yoes, ficticios en su mayor parte. Quizás la culpa sea una buena razón para escribir; quizás sea la razón.

Sigo viajando por las azoteas y las terrazas neoyorkinas, elevo el vuelo sobre esas aceras de grandes baldosas resbaladizas y la ciudad se convierte en un sueño y tal vez una quimera. El sueño que miles de hombres y mujeres no podían (ni pueden) creerse. El mismo que perseguía al doctor Joel Fleischman, el judío neurótico y reprimido condenado a pagar su deuda confinado en el Estado de Alaska: ¿existirá una metáfora mejor de la expiación de la culpa?

No lo sé.

Buenas noches, Cicely.


martes, 5 de julio de 2011

The Menstruation Story


Me había olvidado por completo de la existencia de esto, hasta que ayer lo redescubrí por casualidad. Oh dios mío. De 1946. La primera vez que se utilizó la palabra 'vagina' en una película de animación.

Por cierto, me encanta la cara de mala uva de la bebé cuando bosteza: ¿trataría de comerse al bueno de Walt en un desesperado y comprensible intento de matar al padre?

Otra cosa. ¿Por qué todas las imágenes que aparecen en google cuando tecleas 'menstruación' son tan aburridas? ¿Y por qué nunca consigo teclear bien la palabra 'menstruación' a la primera? Son dudas que me abruman.

domingo, 3 de julio de 2011

Dropping (by)


Viene y va. A oleadas, no muy fuertes. A veces suben; pero después bajan, enseguida. Y hay momentos en que me parece una especie de melodía cuya misión fuera recordar. Sólo recordar. Por eso baja enseguida.

Y recuerdo. Es mi cuerpo. Luchando contra mi cuerpo. Porque el cuerpo, recuerdo, siempre sabe.

Y baja otra vez. Todo se queda tranquilo, relajado. Y me siento más fuerte, más segura, más consciente y hasta orgullosa. Más sabia.

(Es el teatro. Insisto. Es el teatro.)

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